Lubina con crema de calabaza y patatas

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Suelo preparar este tipo de platos cuando me sobra algo de crema de calabaza o de otra crema (espinacas, calabacín, berenjena…), aporta algo de verdura y un poquito de cremosidad al plato. A la vez, es una manera estupenda de aprovechar las sobras.
Las patatas es recomendable escurrirlas un poco en un papel absorbente para eliminar el exceso de grasa, aunque con la cantidad tan pequeña de patatas que lleva cada plato, tampoco tiene un impacto muy alto. Pero de esta manera el plato queda equilibrado en sabores.
La cebolla Isikura puedes sustituirla por ajo tierno o por puerro finito, pero mejor cortar la parte verde, dará color, más clorofila y vitaminas al plato.
Si no te gusta la lubina, puedes cambiarla por el pescado que más te guste, dorada, lenguado, salmón, merluza…aquí para gustos, los colores.
Si eres vegano, puedes sustituir el pescado por un filete de tofu o de sheitán especiados y el resto prepararlo igual, queda también muy rico.
Normalmente suelen vender las lubinas de ración, con lo que suelen pesar unos 200g que después de limpias quedan en unos 150-175g de pescado.
Por norma general los pescados contienen colesterol, unos más que otros, la lubina está dentro del grupo de contenido moderado.
Es un plato que aporta proteínas de buena calidad, fibra, potasio, magnesio, manganeso, calcio y vitamina A, niacina y vitamina B12.
Interesante presentar así un plato para niños, es más llamativo y una forma de que se coman el pescado.
Puedes consumirlo tanto para el almuerzo como para la cena. Para mí la cantidad de verdura que lleva es insuficiente, pero normalmente acompaño de una buena ensalada o gazpacho andaluz, así de esa forma se completa la ración.
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