Pastel frío de merluza

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Este tipo de pasteles se puede preparar con el pescado que más te guste, yo utilizo la merluza congelada, porque ya viene sin piel ni espinas, aunque siempre tienes que asegurarte repasándolo.
Es asequible y suave de sabor, con lo que la familia suele aceptarlo bastante bien. La verdad es que para hacer un pastel, prefiero utilizar el pescado congelado, más que el fresco.
Si quieres puedes utilizar más pescados diferentes, a mí me gusta especialmente mezclado con salmón, es un espectáculo. También puedes añadirle gambas peladas o langostinos. Ya haremos algún otro pastel para que te hagas una idea.
También puedes preparar raciones individuales de pasteles de merluza, utilizando flaneras, así si tienes invitados, solo tendrías que desmoldar un flan para cada uno y acompañar de la guarnición que prefieras. Es muy cómodo y queda genial.
Si no tienes manga pastelera, utiliza una bolsita de congelación, introduce la mayonesa y hazle un agujero y simplemente decora con pequeños rosetones.
Este pastel frío aporta cantidad de proteína de buena calidad, procedente de la merluza y los huevos. La merluza aporta potasio, sodio, selenio, calcio, yodo y magnesio. Y las vitaminas más abundantes con el ácido fólico y la niacina. Contiene cantidades más discretas de B12, vitamina A y D.
Es una forma interesante de comer pescado, sobre todo para personas que no les gusta el sabor. La introducción del tomate frito y la nata, le aporta un sabor diferente y tapa un poco el del pescado.
Puedes comerlo tanto para comer como para cenar y te aconsejo que lo prepares para cuando tengas invitados, porque es muy resultón y gusta mucho.
Acompaña siempre de una ración de verdura, para aporta fibra, minerales, vitaminas y agua y así compensar con el pastel.
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